Discursos de la 2a Asamblea

Discurso del C. Lic. Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos

Muy buenas tardes a todos ustedes.

Ciudadana Ivonne Ortega Pacheco, Gobernadora del Estado de Yucatán.

Señor Ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Diputado Enrique Antonio de Jesús Magadán, Presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado.

Magistrado Ángel Francisco Prieto Méndez, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

Ingeniero César Bojórquez Zapata, Presidente Municipal de Mérida.

Señor senador Murillo Karam, representante del Senado de la República.

Distinguidos representantes de las instituciones integrantes de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia.

Distinguidos miembros del presídium, señores ministros, señores magistrados, señoras y señores:

Me alegra mucho el poder estar aquí nuevamente, en esta querida tierra de Yucatán y agradezco mucho las palabras y la hospitalidad de la ciudadana Gobernadora y coincido con ella.

La buena relación entre poderes, la buena relación entre órdenes de Gobierno, Federal y local, es fundamental para la vigencia del derecho.

Y yo me permitiría agregar que a su vez, la plena vigencia del Estado de Derecho, el respeto a la ley y a las garantías individuales es, a su vez, precisamente la base fundamental para una buena relación entre los poderes públicos y entre los diversos órdenes de Gobierno.

Es un honor también para mí el acompañarles en esta Segunda Sesión Ordinaria de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia.

Les expreso mi mayor reconocimiento por avanzar con paso firme hacia la consolidación de la AMIJ, como un foro de interlocución entre los impartidores de justicia de toda la Nación.

Felicidades también por hacer de este un espacio por el diálogo y el acuerdo con las autoridades de los demás poderes en los distintos órdenes de Gobierno y también coincido con el señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia, un interlocutor válido, respetable y confiable para poder construir acuerdos.

Yo estoy seguro de que los temas que habrán de tratarse en el marco de esta reunión contribuirán a la modernización y al fortalecimiento del Sistema de Justicia mexicano.

Como todos saben, uno de los mayores retos que hoy enfrenta nuestra sociedad es conducir su desarrollo mediante la plena vigencia de la ley.

México debe ser un país de leyes. Hoy el país requiere de la labor permanente de las autoridades para garantizar la seguridad pública y la legalidad.

Por ello, mi Gobierno ha emprendido acciones firmes y decididas con el objetivo de limpiar a nuestras comunidades, a nuestros espacios públicos, a nuestras calles, a nuestros pueblos y ciudades de la violencia y la criminalidad.

También hemos impulsado una nueva relación de corresponsabilidad con los demás poderes de la Unión, con los poderes de los estados, con las entidades federativas y con la sociedad para instrumentar una política de Estado en favor del orden, la justicia, la legalidad y la seguridad pública.

Tengo la firme convicción de que para garantizar las libertades y los derechos de los mexicanos debemos dar un impulso decidido al fortalecimiento de la función jurisdiccional del Estado.

Así, como Presidente Electo, como ha citado ya aquí el señor Presidente de la Suprema Corte, en el marco del Segundo Encuentro Nacional de Órganos e Impartidores de Justicia, me comprometí a sumar esfuerzos y apoyar el fortalecimiento de los poderes judiciales en las distintas entidades de la Federación.

Hoy, me da mucho gusto refrendar la plena y absoluta disposición del Poder Ejecutivo a mi cargo para construir un acuerdo para una reforma judicial y, desde luego, para ponernos a trabajar de inmediato en ese propósito.

Hoy me da muchísimo gusto coincidir y anunciar a la par con el Presidente de la Suprema Corte, medidas que nos permitirán avanzar en este objetivo compartido.

En primer lugar, y en respaldo al esfuerzo de austeridad y a propósito de nuestro máximo órgano de justicia de la Nación, la Suprema Corte de Justicia, vamos a trabajar en coordinación y en apoyo a ella y con absoluto respeto a la autonomía de los poderes judiciales, Federal y estatales, así como a los demás órganos públicos que desempeñan funciones jurisdiccionales, vamos a impulsar la eficiencia de la impartición de justicia en el país.

Y para tal efecto vamos a aportar recursos adicionales a ese fondo de mejoramiento y fortalecimiento de la impartición de justicia que será constituido por la propia Suprema Corte, la jurídica como ha puesto ya el señor Presidente.

El objeto es que dichos recursos sean destinados a los proyectos que establezcan los propios órganos jurisdiccionales y que previa evaluación garanticen mejoras a la impartición de justicia y al propósito y garantía constitucional de que ésta sea pronta y expedita.

La justicia es uno de los más preciados bienes de toda Nación y de toda sociedad.

Yo por eso invito a los gobiernos estatales a que contribuyamos entre todos al fortalecimiento de este fondo que permitirá modernizar nuestro sistema de impartición de justicia, tanto a nivel Federal, como local.

En segundo lugar les comparto que he instruido al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, BANOBRAS, que tuve el honor de dirigir, para que agilice los trámites y establezca los mecanismos correspondientes para hacer eficiente la canalización del apoyo y el crédito otorgado por el Banco Mundial a fin de fortalecer los órganos jurisdiccionales de las entidades federativas.

Igualmente, hago una respetuosa invitación a los gobiernos de distintos órdenes, a sumarnos en este esfuerzo en favor de un sistema de justicia que responda a los retos que hoy impone nuestro tiempo.

Un asunto impostergable para el fortalecimiento de nuestro Estado de Derecho es la reforma al Sistema de Justicia Penal.

Como saben, hace algunos meses mi Gobierno presentó al Congreso de la Unión una iniciativa de reformas en esta materia.

Con el paquete presentado, proponemos dotar de mejores herramientas y recursos a las autoridades encargadas de garantizar a los mexicanos la seguridad pública y el acceso a una justicia efectiva; proponemos vitalizar los derechos de las víctimas y agilizar el propio proceso penal.

En un ambiente de pluralidad y de pleno respeto a la autonomía de los poderes, queremos trabajar con todos los actores involucrados y, de manera especial, con ustedes los juzgadores del país, para que por la vía de la corresponsabilidad y la cooperación, podamos avanzar hacia estas reformas que son fundamentales para el fortalecimiento de la República.

En ese espíritu, hemos estado trabajando con las y los legisladores, principalmente en el Senado de la República, con el firme propósito de mejorar y perfeccionar dicha propuesta.

Fruto de ese diálogo responsable, es probable que arribemos pronto a un acuerdo para reformar la Constitución General de la República a fin de establecer, de manera gradual y ordenada, un sistema de juicios orales en materia penal.

Así, bajo los principios de presunción de inocencia, de oralidad, de inmediatez, de contradicción, entre otros, daríamos paso a un nuevo régimen acusatorio en la materia que agilice y haga más transparente, profesional, expedita y equitativa la procuración e impartición de justicia en el país.

Hago votos para que pronto podamos arribar a un consenso y así responder a esta legítima demanda de la sociedad.

Considero, por lo demás indispensable que en tales decisiones se incluya la opinión y la muy valiosa experiencia de los juzgadores.

Ofrezco a los impartidores de justicia del país la voluntad, los recursos posibles y si así se nos es permitido, la mediación del Ejecutivo Federal para que la voz de los juzgadores sea escuchada y atendida en una reforma tan trascendental.

Hoy estamos llamados a fortalecer nuestro Estado de Derecho revisando la vigencia y la eficacia de sus leyes y sus instituciones.

Precisamente la AMIJ, representa una oportunidad para fortalecer la unidad y la cooperación entre estados y la Federación en la tarea que compartimos de impulsar el desarrollo del país por la vía de la legalidad.

Con la consolidación de la AMIJ ustedes dejan claro que la independencia judicial no es obstáculo para que todos los juzgadores del país trabajen con unidad en la delicada labor de impartir justicia a los mexicanos y de perfeccionarla día con día.

Yo estoy seguro de que los Poderes Ejecutivo y Legislativo, tanto federales como locales, podremos encontrar en la AMIJ a un interlocutor confiable en el enorme reto de modernizar nuestro Sistema de Procuración e Impartición de Justicia.

Amigas y amigos:

Garantizar una justicia pronta, completa e imparcial es una función esencial e irrenunciable del Estado, una condición indispensable para preservar el orden y la seguridad pública y para mantener en marcha el rumbo de la Nación.

Los tres Poderes de la Unión y los tres órdenes de Gobierno debemos formar un solo frente en la lucha contra la inseguridad que amenaza las libertades de los mexicanos y que frena el desarrollo de la Nación.

Hoy quiero refrendar ante ustedes mi compromiso que hice ante todos los mexicanos: cumplir y hacer cumplir la Constitución General de la República y las leyes que de ella emanen.

Nuestro compromiso con la ley y su aplicación es indeclinable: Al servicio de este deber hemos puesto con firmeza el poder del Estado cuya responsabilidad nos ha sido conferida por los ciudadanos.

Hago un reconocimiento al Poder Judicial y en especial a la Suprema Corte de Justicia por desempeñar en estos tiempos nuevos para México un papel protagónico como tribunal constitucional de la Nación y por su compromiso de fortalecerse como garante de la legalidad y del Estado de Derecho frente a cualquier poder de leyes o de facto.

Mi reconocimiento también a los magistrados y a los jueces del país y a todos los participantes en esta reunión por asumir con un profundo sentido de responsabilidad la delicada tarea de impartir justicia con la prontitud e imparcialidad que la Constitución establece y que los ciudadanos demandan.

Quiero reiterarles que cuentan con todo mi apoyo en esta noble tarea que es fundamental para el fortalecimiento de México y para la consolidación de nuestra vida democrática.

Los invito a que trabajemos juntos en la construcción de un México de leyes, de libertad, de democracia y de justicia, un México en el que impere la seguridad, la legalidad y la justicia efectiva.

Mucho éxito en sus trabajos, muchísimas gracias por su invitación.